El embarazo es una etapa muy importante en la mujer. Ocurren muchos cambios inmunológicos, endocrinos, metabólicos y vasculares que repercuten en la piel, la mayoría de los cuales son procesos naturales y desaparecen o remiten tras el parto.
Los cambios en la pigmentación son muy frecuentes. Es normal notar oscurecimiento cutáneo progresivo en ciertas áreas corporales como areolas, axilas, región genital y cara interna del muslo. Llamamos línea alba a la pigmentación lineal del abdomen que aparece alrededor del tercer mes de gestación. Todas estas manchas van desapareciendo tras el parto.
Uno de los problemas estéticos que ocurren durante el embarazo es la aparición de manchas parduzcas irregulares en la región facial que denominamos melasma o paño del embarazo. Aunque en la mayoría de las ocasiones tiende a remitir después de dar a luz, en ocasiones puede ser persistente o recurrir tras la exposición solar en verano. Los tratamientos despigmentantes no están indicados durante el embarazo por eso sólo recomendamos medidas de protección solar usando fotoprotectores elevados y esperar a finalizar la gestación para realizar tratamientos específicos.
Muchas mujeres pueden notar incremento en el tamaño o el número de nevus o lunares. Igualmente, suelen aparecer lesiones de pequeño tamaño, de color rojo cereza que denominamos angiomas y pequeñas lesiones péndulas (fibromas) en zonas de roce como cuello, axilas o regiones inframamarias. Habitualmente es un proceso benigno pero siempre hay que consultar al especialista en caso de duda.
Uno de los problemas más temidos durante el embarazo es la aparición de estrías. Existe predisposición genética para su desarrollo y suelen aparecer en zonas de distensión como abdomen, ombligo, glúteos o caderas. Es difícil combatirlas pero en general recomendamos evitar la ganancia excesiva de peso e hidratar abundantemente la piel con cremas o emolientes.
Una patología tan frecuente como el acné puede mejorar o empeorar durante la gestación. Existen pocos tratamientos que se pueden usar contra el acné durante este período, así que si es tu caso no realices ningún tratamiento antiacné sin supervisión por tu dermatólogo.
Algunas mujeres pueden experimentar hirsutismo, lo que significa aumento de vello en áreas inusuales como labio superior, mejillas, cuello, espalda o región suprapúbica. Hay que conservar la calma porque esta tendencia suele desaparecer en el puerperio.
El efluvio telógeno o caída de pelo es una de las manifestaciones más comunes en el postparto. Es un incremento en la caída del pelo del cuero cabelludo que en algunos casos puede resultar muy llamativa. Normalmente sucede entra la cuarta y veinte semana tras el parto. El pelo suele recuperarse por completo al cabo de unos meses pero algunas mujeres pueden notar cierta disminución permanente de la densidad del pelo. En ese caso, conviene consultar al dermatólogo.
Las uñas pueden volverse más finas y quebradizas o pueden aparecer unas estrías longitudinales transversales.
En general, la piel tiende a estar más seca y puede que aparezcan dermatitis o eczemas en zonas sensibles como el área del pezón. En general, este problema es fácil de combatir con una adecuada hidratación cutánea.
Para resumir, la mayoría de los cambios cutáneos en las mujeres gestantes son fisiólogicos y pasajeros. Siempre vendrá bien tener calma, mimar la piel con abundante hidratación, usar fotoprotectores y mantener una dieta adecuada.