Con la llegada del buen tiempo y la tímida salida del confinamiento, comenzarán las primeras exposiciones solares. Pero ¿sabemos cómo proteger nuestra piel? Queremos compartir con vosotros algunos mensajes que contribuirán a aclarar algunas dudas, y posiblemente modificar algunas actitudes. Con la salud de tu piel ¡no juegues! ¡Acude a tu dermatólogo!
¿Cómo podemos protegernos del sol?
Parece una pregunta obvia, sin embargo, en muchas ocasiones la respuesta es poco satisfactoria para el paciente, ya que vivimos inmersos en una cultura de vida al aire libre, y todavía persiste el gusto por el bronceado.
Utilizaremos prendas de vestir, sombrero de ala ancha, gafas de sol, además de fotoprotector. Los fotoprotectores no deben ser la excusa para aumentar la exposición al sol.
Como veremos más adelante, podemos tomar además sustancias orales que mejoran la capacidad para enfrentarnos a las radiaciones.
La principal medida de protección del sol es: ¡no exponerse! Estilo de vida, ropa cubriente, fotoprotector tópico y fotoprotector oral.
No existe el fotoprotector “pantalla total” para “todo el rato”.
«Bueno… pero morenos estamos más guapos, y además nos protege de la quemadura»
La melanina es el pigmento que se induce tras la exposición solar y da el tono “bronceado”. Se debate si otorga algún tipo de protección frente a las consecuencias a corto y largo plazo de la RUV. Mientras que algunos investigadores creen que no tiene ninguna ventaja, otros creen que da un FPS de 2 a 4…
La RUV es un factor importantísimo en el envejecimiento de la piel. El bronceado te da un efecto de “buena cara”. Pero la belleza de la piel (piel lisa, fina, sin arrugas ni manchas) es una inversión a largo plazo.
El bronceado no es una “protección” de la piel, sino la defensa a una agresión, que con el tiempo producirá piel prematuramente envejecida y en riesgo de cáncer de piel.
Invertir en protección solar (entendido de forma global) es la mejor forma de mantener una piel sana, bonita y acorde con la edad que tenemos y sentimos.
