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La problemática de los poros dilatados

Los poros dilatados son un problema que afecta con mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres, a pesar de lo cual consultan ellas con mayor frecuencia. El principal factor para la presencia de poros abiertos es una predisposición genética (paciente cuyo padre y/o madre presentan una piel similar). Las pieles más seborreicas van a tener con mayor frecuencia los poros dilatados, ya que éstos suelen desarrollarse a partir de la pubertad, cuando la acción de los andrógenos desencadena la producción de grasa por parte de las glándulas sebáceas. La deshidratación de la piel y la pérdida de elasticidad también van a producir un empeoramiento de los poros dilatados

Los puntos negros

Los puntos negros, o comedones abiertos dermatológicamente hablando, son el acúmulo de material sebáceo en el folículo pilosebáceo, es decir, en el poro. Aunque decir poro dilatado no es sinónimo de punto negro van a tener más riesgo de tener puntos negros las personas con los poros dilatados no sólo porque el acúmulo de material va a ser más fácil sino porque en general una piel con los poros abiertos va a ser una piel más seborreica

El maquillaje puede obstruir el poro, y por ello favorecer que la grasa quede acumulada en el folículo, se produzca una sobreinfección del sebo y el desarrollo de acné. Existen líneas de maquillaje específicas para pacientes con este problema (las podemos identificar porque en el envase especifica “no comedogénico”). No obstante se desaconseja el uso frecuente de bases de maquillaje en personas con acné, ya que aunque sean no comedogénicas van a producir un empeoramiento del acné a largo plazo.

Con la edad la producción de grasa en la piel disminuye, por ello los puntos negros suelen ser un problema de la pubertad y adolescencia, cuando la producción de grasa es mayor, mientras que es poco frecuente ver a personas en edades medias que con problemas de puntos negros. No obstante el problema del tamaño del poro persiste, incluso puede empeorar con la edad debido a los cambios que la piel sufre con los años como son la pérdida de agua y ácido hialurónico (responsables de las hidratación), el aumento de grosor de la capa cornea (la capa más externa de la piel) y la pérdida de colágeno y fibras elásticas (responsables de la elasticidad de la piel).

Tratamiento

No existe un tratamiento “curativo” para los poros abiertos, básicamente porque no son una enfermedad sino una característica más de la piel, como es el color de los ojos o el color de la piel. Por ellos los tratamientos van a proporcionar cierta mejoría mientras se usen, pero al suspenderlos la piel va a tener tendencia a volver a sus características originales.

Los dermatólogos recomendamos la aplicación de productos como retinoides o el ácido glicólico, que disminuyen el grosor de la capa córnean y la producción de grasa e incrementan la producción de colágeno. También los peelings van a aportar una mejoría rápida puesto que se produce una renovación de las capas de la piel tratadas y por lo tanto una mejoría de esa “imperfección”. A más largo plazo va a aportar un beneficio la aplicación de láser, que estimula la producción de colágeno y de tejido elástico. La mesoterapia con ácido hialurónico también puede mejorar el aspecto de la piel en cuanto a que produce una hidratación en profundidad y estimula la producción de colágeno.