El cuidado de la piel atópica es fundamental para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta condición. La piel atópica, también conocida como dermatitis atópica o eczema atópico, es una enfermedad crónica de la piel caracterizada por una barrera cutánea deficiente y una mayor sensibilidad a ciertos factores ambientales y desencadenantes
- La higiene es muy importante, ya que la piel atópica tiene mayor riesgo de infectarse por virus, bacterias u hongos. La higiene puede ser diaria, siendo preferibles las duchas o baños cortos con agua templada.
- Es fundamental el uso de cremas hidratantes a diario para evitar nuevos brotes de eccema.
- El mejor momento para aplicar la crema hidratante es justo después del baño con la piel todavía húmeda. Se extiende más fácilmente y además se absorbe antes.
- Tanto las cremas como los geles es recomendable que sean específicas para pieles atópicas, ya que no suelen contener perfumes ni conservantes como el khaton (metilcloroisotiazinolona) o los parabenos que pueden sensibilizar al paciente.
- La alimentación debe ser normal y equilibrada. La dermatitis no esta producida por una alergia alimentaria, aunque las personas con dermatitis atópica tienen con más frecuencia alergias alimentarias, como por ejemplo a ciertas frutas, frutos secos, huevo, etc
- Se recomienda usar ropa de algodón y evitar la lana y fibras sintéticas.
- Son útiles los humidificadores en los domicilios, en el coche, en la oficina…
- Se debe evitar la existencia de irritantes en la casa, como polvo, epitelio de animales, etc.
- El control del estrés emocional es de gran ayuda para evitar los brotes de recaída o empeoramiento de la dermatitis.
- Es recomendable acudir al dermatólogo con cierta periodicidad para tratar las complicaciones y para aprender a evitar y controlar los brotes.