Prevenir las antiestéticas manchas de la cara, el escote o el dorso de las manos es posible y, además muy recomendable desde el punto de vista dermatológico.
Si proteges tu piel del sol para evitar la aparición de las manchas solares, también la estás protegiendo frente a las arrugas, la dilatación de los poros, la coloración cetrina y además, sin ningún esfuerzo añadido, estás haciendo prevención del CÁNCER DE PIEL.
Por eso hoy, independientemente de la motivación de cada uno para protegerse del sol, voy a escribir sobre qué son y cómo evitar los dos tipos de manchas más frecuentes que aparecen tanto en mujeres como en hombres tras la exposición solar: los léntigos solares y el melasma, también llamado cloasma o paño.
Los léntigos solares son unas pequeñas manchas redondeadas, con bordes bien definidos y distintos tonos de marrón que aparecen exclusivamente en zonas de exposición solar como la cara, el escote, el dorso de las manos, los brazos y las piernas. Generalmente estas manchas se oscurecen en verano y se aclaran ligeramente en invierno pero no desaparecen de forma espontánea. Por eso el mejor tratamiento para los léntigos solares es su prevención. Además, este tipo de mancha no puede tratarse con cremas despigmentantes. Si queremos hacerlas desaparecer tendremos que utilizar métodos más agresivos como el láser o la congelación con nitrógeno líquido.
Para evitar la aparición de léntigos solares recomendamos utilizar filtros solares tópicos de SPF 50+ o superior. Especialmente en los meses de abril a septiembre, ambos incluidos. Además, es muy útil el uso de sombrero de ala ancha, gafas de sol y la olvidada, pero práctica y elegante sombrilla. Yo llevo uno de cada uno de estos artículos en el coche y así evito “insolaciones urbanas” innecesarias cuando quiero ir de compras, recoger a los niños del colegio, ir al parque… Os lo recomiendo.
El melasma, cloasma o paño son manchas más grandes, marrones y mal definidas que aparecen principalmente en la frente o de forma simétrica en los pómulos, las mejillas, el labio superior o en los antebrazos. Son más frecuentes en mujeres de raza hispana o caucásica aunque también pueden aparecer en hombres y en otras razas. Su causa es principalmente genética y hormonal, ya que pueden aparecer o empeorar en el embarazo, debido a anticonceptivos u otros tratamientos hormonales. Sin embargo, existen otros factores importantes en la aparición del cloasma como la exposición solar o el estrés emocional. A diferencia de los léntigos solares, en el caso del melasma o paño podemos tratar las manchas con cremas despigmentantes en el domicilio, las cuales son especialmente efectivas si son supervisadas por un dermatólogo y se combinan con peelings químicos médicos de forma periódica en la consulta de dermatología.
Para evitar la aparición o empeoramiento del melasma, cloasma o paño es necesario utilizar filtros solares tópicos de SPF 50+ o superior todo el año, incluso si no vamos a exponernos a la luz solar. Se ha demostrado que la luz que proviene de los tubos de luz fluorescente blanca o cálida también pueden estimular la aparición o empeoramiento del melasma, por lo que el filtro solar hay que aplicarlo a diario de enero a diciembre. En este sentido, recomiendo la utilización durante todo el año de ciertas cremas hidratantes de reciente aparición en el mercado que poseen filtros máximos, considerados de SPF 100 además de componentes hidratantes de alta calidad y tolerancia que los hacen ideales para uso como crema habitual de día o como base de maquillaje.
Sin más, deseo que disfrutéis mucho y de forma muy saludable de esta preciosa y florida primavera que tanto hemos esperado este invierno.