La dermatitis seborreica es una condición inflamatoria de la piel caracterizada por enrojecimiento, descamación y a veces picor en áreas de mayor producción de sebo, típicamente el cuero cabelludo, alrededor de la nariz, zona de las cejas, oídos, pecho y zona alta de la espalda. Se conoce como “caspa” a la dermatitis seborreica que afecta el cuero cabelludo.
El sobrecrecimiento de ciertos hongos presentes normalmente en la piel induce una respuesta inflamatoria que lleva a la formación de eccema, con descamación y picor. No es una infección como tal, puesto que no hablamos de hongos patógenos sino de hongos que forman parte de la flora normal, pero cuando se pierde el equilibrio entre esta flora y nuestro sistema inmune, aparece el eccema. Todas las condiciones que aumenten la seborrea y que afecten al sistema inmune hacen aparecer o empeorar el cuadro. Así, el estrés, que aumenta la producción de sebo y altera también la inmunidad, es un disparador habitual. Estilos de vida desordenados, mala alimentación etc. son formas de estrés. La genética, como en casi todas las enfermedades crónicas, tiene un papel fundamental.
El tratamiento dependerá de la gravedad. En casos leves, el uso de gel limpiador para la cara y champú para cuero cabelludo con principios activos como la piritona de zinc o piroctona olamina e hidratación con cremas específicas que contengan también estos compuestos y seborreguladores y calmantes. Cuando esto no es suficiente, el uso de corticoides de baja o media potencia para los brotes y/o inhibidores de calcineurina para mantenimiento será el tratamiento más adecuado.
No debemos olvidar que manejar enfermedades de base que hacen empeorar la dermatitis seborreica es tanto o más importante que el tratamiento tópico y también un estilo de vida saludable.
No debemos utilizar geles de limpieza y champús que sean muy detergentes porque aunque eliminan el sebo, irritan más la piel y esto favorece inflamación. A este respecto, es cada vez más frecuente que los pacientes usen jabón hecho en casa por considerarlo más “natural”, cuando en realidad no son más que productos artificiales –hechos por los humanos- muy rudimentarios, con un pH habitualmente muy alcalino para la piel, y sin el refinamiento de décadas de investigación y perfeccionamiento que nos puede brindar un laboratorio farmacéutico.
Federico Feltes, dermatólogo especialista en dermoestética y láser. Hospital HM Sanchinarro.