La dermatitis atópica es una afección cutánea que afecta a millones de personas en todo el mundo. Caracterizada por una piel seca, picor, enrojecimiento y descamación, esta patología puede ser incómoda y complicada de manejar.
La salud capilar es una preocupación común para muchas personas, la pérdida de cabello, el adelgazamiento del pelo y otros problemas capilares pueden ser motivo de inquietud.
Revisar tus lunares de manera regular es una práctica esencial para mantener un control sobre la salud de tu piel y puede marcar la diferencia en la detección temprana de posibles afecciones cutáneas potencialmente peligrosas.
La sudoración es una función corporal necesaria, pero puede producir algunos problemas cutáneos como la obstrucción de las glándulas sudoríparas, que lleva a la aparición de la sudamina.
Las picaduras son placas rojas inflamadas en la piel que generan mucho picor y malestar, llegando a dificultar el sueño por las noches. Además, con frecuencia dejan manchas residuales que pueden tardar mucho tiempo en desaparecer. En ocasiones las picaduras dejan lesiones que persisten durante años o toda la vida.
El acné es uno de los problemas estéticos más comunes al que los dermatólogos nos enfrentamos debido a su alta incidencia y a que afecta principalmente a las zonas más visibles del cuerpo, como la cara y el escote. Aunque puede aparecer en cualquier etapa de la vida, es más frecuente durante la adolescencia y en mujeres en edad fértil.
Es conocido por todos que en ciertos momentos del año se produce un recambio del cabello capilar más intenso del habitual. A esta caída de pelo aumentada, los dermatólogos la denominamos Efluvio telógeno.
El acné es una enfermedad inflamatoria que afecta al 80% de la población en algún momento de su vida. Su causa es principalmente genética y hormonal pero hay múltiples factores que le afectan y empeoran, como el estrés o una alimentación basada en productos procesados.
INMUDERMA es un apoyo imprescindible para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario hoy en día, el cuál sabemos que puede alterarse con cierta facilidad, favoreciendo la aparición de infecciones y otras enfermedades.
La exposición al sol, durante los meses de primavera y verano es mucho más intensa de lo que imaginamos. Se debe tener en cuenta que la radiación ultravioleta (RUV) es capaz de reflejarse (en el agua, arena y otras superficies) y de atravesar tejidos.
