El daño que puede producir una quemadura solar o una exposición solar intensa será irreversible, para siempre y quedará almacenada en la información genética situada en el interior del núcleo de las células del cuerpo humano. Con los años este daño se manifestará en forma de manchas, arrugas y cáncer de piel.
Los antioxidantes son las sustancias que, de forma natural, usa el organismo para protegerse del daño generado por el metabolismo, la luz solar y la polución.